miércoles, 23 de mayo de 2007

El derecho a leer, de Richard Stallman

¿Os habéis preguntado alguna vez si existe el derecho a leer? Si es así, no sois los únicos, el programador neoyorquino Richard Stallman ha hecho de esta cuestión una auténtica reflexión, que ha traspasado fronteras hasta convertirse en lo que es hoy: el movimiento del software libre.


Abanderando este eslogan, Stallman ha sido el artífice de una forma de vida en la que el libre acceso a la información, en general, y a los libros, en particular, es el objetivo. Para conseguir un software universal al alcance de todo el mundo, este profeta ha sentado las bases morales, ideológicas y políticas de un movimiento alternativo al software privativo.


Además de sacar a la luz el manifiesto GNU, mediante el que pretendía crear una alternativa libre al sistema operativo Unix, y el concepto de copyflet, una herramienta que permite licenciar cualquier software de tal forma que sea siempre libre en beneficio de todas las personas, Stallman escribió un artículo sobre “El derecho a leer” que ha dado la vuelta al mundo.


“El derecho a leer” se adelanta al futuro para relatar, a través de la piel de dos universitarios, el presentimiento de Stallman acerca de la privatización de la información. Exactamente, la narración se sitúa en el año 2047, fecha en la que para poder coger un libro en la biblioteca o consultar un simple artículo en internet es necesario pagar o disponer de las claves de acceso.


Con este pequeño cuento con final feliz, en el que las nuevas tecnologías son el punto de arranque, se pretende concienciar a los lectores de la importancia de impulsar software de carácter gratuito, para que la cultura llegue a cualquier rincón del mundo. El amor como hilo conductor ayuda a entender el mensaje: el derecho a leer es un derecho de todos y hay que tratar de cultivarlo para evitar que sólo unos pocos puedan disfrutar de él.

Fuente:
www.leergratis.com




EL DERECHO A LEER

Extraído de La ruta hacia Tycho, una recopilación
de artículos sobre los antecedentes de la Revolución Lunar,
publicado en Luna City, en el año 2096.



El camino hacia Tycho comenzó para Dan Halbert en la Facultad, cuando Lissa Lenz le pidió que le dejara su ordenador. El suyo se había averiado, y si no se lo dejaba alguien no podría terminar el proyecto semestral. Ella no se habría atrevido a pedírselo a nadie, excepto a Dan. Esto situó a Dan ante un dilema. Tenía que ayudarle, pero si le prestaba su ordenador, ella podría leer sus libros. Además de poder ir a prisión durante muchos años por dejar que alguien leyese sus libros, la misma idea de hacerlo le escandalizó al principio. Igual que a todo el mundo, le habían enseñado desde el parvulario que compartir los libros era repugnante y equivocado, algo que sólo haría un pirata. Y era muy probable que la SPA (Software Protection Authority, Autoridad para la Protección del Software) les cogiese. Dan había aprendido en su clase de software que cada libro tenía un chivato de copyright que informaba a la Central de Licencias de quién, dónde y cuándo lo leía. (Esta información se utilizaba para coger a piratas de la lectura, pero también para vender perfiles de intereses personales a comerciantes.) La próxima vez que su ordenador se conectase a la red, la Central de Licencias sería informada. Él, como dueño de un ordenador, podría recibir el castigo más severo, por no tomar medidas para prevenir el delito.


Por supuesto, podría ser que Lissa no quisiera leer sus libros. Podría querer el ordenador sólo para escribir su proyecto. Pero Dan sabía que ella era de una familia de clase media, y que a duras penas podía pagar la matrícula, y menos aún las cuotas de lectura. Puede que leer los libros de Dan fuese para ella la única forma de terminar los estudios. Sabía lo que era eso: él mismo había tenido que pedir un préstamo para poder pagar los artículos de investigación que leía. (El 10% de los ingresos por ese concepto iba a parar a los investigadores que habían escrito los artículos. Como Dan pretendía dedicarse a la investigación, tenía esperanzas de que algún día sus propios artículos, si eran citados frecuentemente, le proporcionarían el dinero necesario para pagar el préstamo.)


Más tarde Dan supo que había habido un tiempo en el que cualquiera podía ir a una biblioteca y leer artículos de revistas especializadas, e incluso libros, sin tener que pagar. Había estudiantes independientes que leían miles de páginas sin tener becas de biblioteca del Gobierno. Pero en los años noventa tanto los editores de revistas sin ánimo de lucro como los comerciales habían comenzado a cobrar cuotas por el acceso a sus publicaciones. Hacia el año 2047 las bibliotecas que ofrecían acceso libre a la literatura académica eran un recuerdo lejano.


Naturalmente había formas de engañar a SPA y a la central de Licencias.


Eran, por supuesto, ilegales. Dan había tenido un compañero en la clase de software, Frank Martucci, que había conseguido una herramienta legal de depuración y la había utilizado para saltarse el código del chivato de copyright cuando leía libros. Pero se lo había contado a demasiados amigos, y uno de ellos le delató a la SPA para obtener una recompensa (los estudiantes muy endeudados eran fácilmente tentados por la traición). En 2047 Frank estaba en la cárcel, no por practicar la piratería de la lectura, sino por poseer un depurador.


Dan supo más tarde que hubo un tiempo en el que cualquiera podía poseer herramientas de depuración. Incluso había herramientas de depuración libres, disponibles en CD, o en la red. Pero los usuarios normales comenzaron a utilizarlas para saltarse los chivatos de copyright, y llegó un momento en que un juez estimó que éste se había convertido en el principal uso de los depuradores. Esto provocó que pasasen a ser ilegales, y se encarcelara a quienes los desarrollaban. Naturalmente, los programadores aún necesitaban herramientas de depuración, pero en el año 2047 los vendedores de depuradores sólo distribuían copias numeradas, y únicamente a programadores con licencia oficial, y que hubiesen depositado la fianza preceptiva para cubrir posibles responsabilidades penales. El depurador que utilizó Dan en la clase de software estaba detrás de un cortafuegos especial para que sólo lo pudiese utilizar en los ejercicios de clase. También era posible saltarse los chivatos de copyright si se instalaba un kernel modificado. Más adelante, Dan supo que habían existido kernels libres, incluso sistemas operativos completos libres, hacia el fin del siglo anterior. Pero no sólo eran ilegales, como los depuradores, sino que no se podían instalar sin saber la contraseña del superusuario del sistema. Y ni el FBI ni el Servicio de Atención de Microsoft iban a decírtela.


Dan acabó por concluir que no podía dejarle el ordenador a Lissa. Pero tampoco podía negarse a ayudarle, porque estaba enamorado de ella. Le encantaba hablar con ella. Y el que le hubiera escogido a él para pedir ayuda podía significar que ella también le quería.


Dan resolvió el dilema haciendo algo aún más inimaginable: le dejó el ordenador, y le dijo su contraseña. De esta forma, si Lissa leía sus libros, la Central de Licencias creería que era él quién los estaba leyendo. Aunque era un delito, la SPA no podría detectarlo automáticamente. Sólo se darían cuenta si Lissa se lo decía.


Por supuesto, si la facultad supiese alguna vez que le había dicho a Lissa su propia contraseña, sería el final para ambos como estudiantes, independientemente de para qué la hubiese utilizado ella. La política de la Facultad era que cualquier interferencia con los medios que se usaban para realizar seguimientos del uso de los ordenadores por parte de los estudiantes era motivo suficiente para tomar medidas disciplinarias. No importaba si se había causado algún daño: la ofensa consistía en haber dificultado el seguimiento por parte de los administradores. Asumían que esto significaba que estabas haciendo alguna otra cosa prohibida y no necesitaban saber qué era.


Los estudiantes no solían ser expulsados por eso. Al menos no directamente. Se les prohibía el acceso al sistema de ordenadores de la Facultad, por lo que inevitablemente suspendían todas las asignaturas.


Posteriormente Dan supo que este tipo de política universitaria comenzó en la década de los ochenta del siglo pasado, cuando los estudiantes universitarios empezaron a utilizar masivamente los ordenadores. Anteriormente, las Universidades mantenían una política disciplinaria diferente: castigaban las actividades que eran dañinas, no aquéllas que eran simplemente sospechosas.


Lissa no delató a Dan a la SPA. La decisión de Dan de ayudarle les condujo al matrimonio, y también a cuestionarse las enseñanzas que habían recibido de pequeños sobre la piratería. La pareja comenzó a leer sobre la historia del copyright, sobre la Unión Soviética y sus restricciones para copiar, e incluso la Constitución original de los Estados Unidos. Se trasladaron a Luna City, donde encontraron a otros que también se habían apartado del largo brazo de la SPA. Cuando la sublevación de Tycho comenzó en 2062, el derecho universal a la lectura se convirtió en uno de sus objetivos principales.



Nota del autor: El derecho a la lectura es una batalla que se libra en nuestros días. Aunque pueden pasar 50 años hasta que nuestra forma de vida actual se suma en la oscuridad, muchas de las leyes y prácticas descritas en este relato han sido propuestas, ya sea por el gobierno de Clinton, en EEUU, o por las editoriales.


Sólo hay una excepción: la idea de que el FBI y Microsoft tengan (y oculten) la contraseña de administración de los ordenadores. Ésta es una extrapolación de las propuestas sobre el chip Clipper y otras propuestas similares de custodia de clave (key-escrow) del gobierno de Clinton, y de una tendencia que se mantiene desde hace tiempo: los sistemas informáticos se preparan, cada vez más, para dar a operadores remotos control sobre la gente que realmente utiliza los sistemas.


La SPA, que en realidad son las siglas de Software Publisher's Association (Asociación de Editores de Software), no es hoy día, oficialmente, una fuerza policial. Sin embargo, oficiosamente, actúa como tal. Invita a la gente a informar sobre sus compañeros y amigos. Al igual que el gobierno de Clinton, promueve una política de responsabilidad colectiva, en la que los dueños de ordenadores deben hacer cumplir activamente las leyes de copyright, si no quieren ser castigados.


La SPA está amenazando a pequeños proveedores de Internet, exigiéndoles que permitan a la SPA espiar a todos los usuarios.


Muchos proveedores se rinden cuando les amenazan, porque no pueden permitirse litigar en los tribunales. (Atlanta Journal-Constitution, 1 de octubre de 1996, D3.) Al menos un proveedor, Community ConneXion de Oakland, California, rechazó la exigencia y actualmente ha sido demandado. Se dice que la SPA ha abandonado este pleito recientemente, aunque piensan continuar la campaña por otras vías.


Las políticas de seguridad descritas en el relato no son imaginarias. Por ejemplo, un ordenador en una de las Universidades de la zona de Chicago muestra en la pantalla el siguiente mensaje cuando se entra en el sistema (las comillas están en el original en inglés): "Este sistema sólo puede utilizarse por usuarios autorizados. Las actividades de los individuos que utilicen este sistema informático sin autorización o para usos no autorizados pueden ser seguidas y registradas por el personal a cargo del sistema. Durante el seguimiento de individuos que estén usando el sistema inadecuadamente, o durante el mantenimiento del sistema, pueden ser seguidas también las actividades de usuarios autorizados. Cualquiera que use este sistema consiente expresamente ese seguimiento y es advertido de que si dicho seguimiento revela evidencias de actividad ilegal o violaciones de las ordenanzas de la Universidad, el personal a cargo del sistema puede proporcionar las pruebas fruto de dicho seguimiento a las autoridades universitarias y/o a los agentes de la ley."


Esta es una aproximación interesante a la Cuarta Enmienda de la Constitución de EEUU: presiona a todo el mundo, por adelantado, para que ceda en sus derechos.


Copyright (C) 1996 Richard Stallman. Se permite la copia literal siempre que se incluya esta nota. Este artículo apareció en el número de febrero de 1997 de Communications of the ACM (volumen 40, número 2). Traducido del original en inglés por Pedro de las Heras Quirós y Jesús M. González Barahona


5 comentarios:

juan dijo...

un artículo genial!!
la verdad es q no me extrañaria nada que con tanta mierda de ley de copyright, de derechos de autor y demas algun dia nos veamos asi.
Puede que eso sea el sueño humedo de D.Jose Ramon Martinez (antes Ramoncin, el rey del pollo frito, el punk mas punk...)

Antonio Ruz dijo...

La cultura debe estar en manos del pueblo.
Historicamente la cultura ha sido encadenada para tener al pueblo controlado.
Todo esto es simplemente un hecho más, aunque mucho más sofisticado.

miguelangel dijo...

Leed esto ... y flipad !!

Vía meneame.net, he encontrado el artículo "Linux, la amenaza europea", que habla sobre una entrada en el blog Shelley, The Republican. En él, se muestra a Linux como un cancer que intenta destruir Estados Unidos, mientras que Microsoft es el paladín de todo lo bueno y honorable que representa la nación americana. Después de leerlo, me ha sido imposible decidir si es una broma o si el autor está completamente trastornado. No he podido resistirme a traducirlo y ponerlo aquí. Ahí va (perdón por los fallos que pueda tener la traducción)

Como la mayoría de las cosas que merece la pena poseer, los ordenadores son un invento americano. Échale un vistazo a cualquier ordenador moderno y verás que es producto del ingenio americano.
Por ejemplo, este robusto portátil IBM que estoy utilizando fue diseñado y construido por una compañía americana. Funciona con software desarrollado por Microsoft, una de las organizaciones americanas más productivas. Mi ordenador hace todo lo que pueda necesitar: puedo realizar mi trabajo, presentar mis impuestos e incluso buscar en la Biblia.
Al igual que toda la gran ingeniería americana, es un ejemplo de innovación que pone celoso a un creciente grupo de hackers europeos y chinos. Odian nuestro liderazgo en tecnología informática y no se detendrán ante nada hasta que hayan tomado el control de todos nuestros ordenadores.
Estoy hablando de un proyecto llamado "Linux", algo con lo que quizás aún no te has topado, pero puede que algún día lo hagas.
Es un programa de ordenador que, en un principio, fue desarrollado en Finlandia como un intento de evadir los derechos de copyright y las patentes de una compañía americana llamada SCO Group.
A diferencia de Windows, que es un producto comercial ya maduro (habitualmente incluido en todos los ordenadores nuevos), Linux es regalado. Puede que no parezca un gran problema; después de todo, hay un beneficio mínimo regalando un producto.
Ésto sería así si no fuera por la seductora ideología Marxista del proyecto Linux y el effecto que tiene los liberales de los Estados Azules (n.t: el azul es el color de los Demócratas Norteamericanos. Según ésto, los Estados Azules son los gobernados por dicho partido). De hecho, Linux está tan extendido y asentado entre los Estados Azules y muchas de las universidades liberales que uno de los mayores expertos en computadoras, Steve Balmer (de Microsoft) ha descrito Linux como un cancer.
La industria americana de software está valorada en más de de 7.000 millones de dólares; introduciendo un producto extranjero como Linux, el cual a menudo se distribuye gratuitamente, podría amenazar a toda la industria. Una generación de usuarios podría acostumbrarse a aceptar software extranjero antes que pagar por un producto americano de calidad superior. ¡Si tan sólo el peligro afectara a nuestra economía!:
Hoy en día, los ordenadores controlan todo; desde emisoras de televisión hasta buques de guerra. Nuestra infraestructura de defensa e información crucial están contruidos sobre tecnología informática. Si consentimos que este cancer se introduzca en nuestras redes, no sería posible predecir el efecto que tendría en nuestra infraesctuctura, y eso es justo lo que los liberales están intentando hacer.
Imagina si el discurso del Estado de la Unión fuera hackeado porque la emisora de televisión decidiera ahorrarse dinero utilizando Linux. Imagina si un bombardero espía se estrellara porque su software fue escrito por hackers chinos o europeos. Tendría el mismo sentido que invitar a los francese a venir a que invadiesen la Casa Blanca.
¿Y sabes que software utiliza Osama Bin Laden en su portátil?
Si has pensado que es Linux, has acertado del todo. Osama utiliza Linux porque esta diseñado para piratear DVDs, para saltarse el Acta de Copyright Digital y para defraudar a compañías como Disney.
La próxima vez que alguien te pregunte cómo financian los agentes de Al Queda sus rifles y sus lanzamisiles, puedes contestarle que unos hackers extranjeros hacen un software llamado Linux que les ayuda a robar a los americanos.
El problema de Linux es un tema que está creciendo y que los conservadores americanos no se pueden permitir ignorar. Por suerte, Microsoft ha preparado una gran cantidad de información para ayudar a los usuarios a mantenerse alejados de esta amenaza. Y hay algo que tu puedes hacer para ayudar a que América siga siendo el número 1 en el sector de la informática:
Si uno de tus amigos está usando Linux o pudiera estar tentado a probarlo, enséñale este artículo. Explicale que Linux es una seria amenaza y que si lo utiliza podría estar dejando las puertas de su ordenador abiertas a hackers chinos.
Si ves que una compañía utiliza Linux, es posible que no hayan pagado por ese software. Denúncialos ante la Alianza de Empresas del Software, quienes tienen la autoridad legal de inspeccionar los ordenadores de cualquier empresa en busca de cualquier programa ilegal, como Linux.
Por último, recuerda añadir a los usuarios de Linux en tus oraciones esta noche. Como individuos, puede que no seamos capaces de cambiar la mentalidad de la gente, pero la Biblia nos enseña que Dios puede hacer que cualquier pecador se arrepienta.

juan dijo...

la madre que los trajo!!
y lo peor de todo eso es que ellos se lo creen!
ese discursito de "patriotismo" sobre todas las cosas que tienen esos personajes es.....vomitivo.
y lo que realmente asusta es que ese pais es la mayor potencia armamentistica del mundo, o sea, practicamente son los dueños del planeta.
Si se quedaran quietecitos en yankilandia pues.....podrian hacer lo que les venga en gana pero....con el poder que tienen y habiendo gente imbecil que cree las idioteces que dicen (como esta que has puesto) pues.....patetico mundo.
Yankis go home!!
y tu ya sabes, no utilices Linux que apoyas a Bin Laden jajaja

miguelangel dijo...

Richard Stallman se suele comparar con "Han Solo" y al movimiento Open Source (Código Abierto) y GNU/Linux con la "Alianza Rebelde".. en contra del Imperio (Microsoft).. un poco geek pero hoy se cumple 30 años de StarWars...

Voy a exponer una entrevista que le hicieron a Stallman ( que le voy a hacer ... siento admiración por este hombre !!)



Así que sin novia...

-¿Qué? ¡Tiene que gritar más alto! ¡Estoy medio sordo!

-Ah... ¡Así que sin novia!

-Las chicas no me quieren...

-¿No será que pasa demasiadas horas con su computadora?

-Al revés: paso horas con la computadora porque las chicas no quieren estar conmigo.

-Ya.

-Mi computadora sí me ama: ella es mi novia.

-Es usted un guasón, me parece...

-Ja, ja, ja... Soy un hacker.

-¿En qué consiste ser hacker?

-Consiste en tener espíritu juguetón para todo lo que hagas, en divertirte con la inteligencia en todos los ámbitos de tu vida.

-Ya le he visto posando para la foto...

-¡Con espíritu hacker, siempre! Como estos tirantes que he improvisado para sostener mi portátil con un cable y unos alambres.

-Muy hacker, sí: no parecen muy seguros...

-Ya los iré perfeccionando...

-Y así puede caminar y teclear...

-Sí, aunque lo que me gusta de verdad ¡es bailar! Bailes folklóricos, danzas búlgaras.

-¿Por qué búlgaras?

-Porque no hace falta ser experto, se crea un ambiente muy alegre y participativo y se conoce a chicas. Por desgracia, una lesión en un tendón del pie me impide ahora bailar...

-Pero no escribir programas informáticos.

-Creé el primero a los 16 años, en IBM, para una computadora muy grande físicamente, pero débil: le diseñé un programa ¡y no entró!

-¿Tan jovencito y ya programaba?

-Era fácil para mí. A los tres años ya sabía hacerlo. A los dos años no: aún no sabía leer.

-Exagera.

-Es un don con el que uno nace. Soy un programador nato, natural. Atraído por las matemáticas desde muy niño. Cayó en mis manos un manual de computadora, y eso bastó.

-¿Cuándo sucedió eso?

-A los 10 años, en unas colonias de verano: era de un monitor estudiante de Informática. Lo devoré, lo entendí, me pareció obvio. Y eso que nunca tuve computadora propia.

-Y supo ya que se dedicaría a esto...

-No. A mí me interesaba todo lo relacionado con la ciencia: quería desentrañar los misterios del universo. Estudié Física. Y, mientras, aprendí a programar programando: en el MIT, en cuyo laboratorio de inteligencia artificial entré a trabajar a los 19 años.

-¿Qué hizo allí?

-Programé y desarrollé el primer editor de textos, iMax. En 1984, con 29 años, me fui.

-¿Por qué?

-Porque se acabó el espíritu de grupo y de cooperación que había al principio.

-¿Cómo sucedió eso?

-Habíamos desarrollado un sistema operativo libre, compartíamos programas con otras universidades, en nuestro grupo había mucha cooperación...Y todo eso se desbarató en los años 80... y vi quién era el culpable.

-¿Quién?

-El software privado. Mis propios compañeros se dividieron en dos bandos, cada uno con una empresa para explotar softwares privadamente. Y vi lo que debía hacer yo: crear un software libre, de libre acceso al usuario, sin códigos ocultos, y que cualquier usuario lo pudiese mejorar, crearle nuevas versiones.

-Y eso es Linux, ¿no?

-El sistema operativo se llana GNU/Linux. Yo creé GNU, el sistema, y Linux completó lo que faltaba: el núcleo del sistema.

-Y todo esto lo hizo fuera ya del MIT.

-Sí, porque si lo hacía como empleado del MIT y el MIT luego se lo quedaba y lo privatizaba..., ¡me hubiese sentido culpable el resto de mi vida! Me despedí y me puse en ello.

-¿Qué opinión tiene de Bill Gates?

-Que hace algo muy inmoral: ¡se enriquece a costa de esclavizar a los usuarios!

-Pero es que los usuarios nos dejamos...

-¡Pues deberíamos ser todos más conscientes del valor de la libertad! Y eso más allá de que Windows haga ciertas cosas malévolas...

-¿Malévolas? ¿A qué cosas se refiere?

-Windows te vigila, te espía: si buscas algo en tus archivos, se lo delata a Microsoft. Si pides una actualización, le descubre a Microsoft qué archivos tienes. Y además te restringe el acceso a ciertos archivos. Y te molesta, mostrándote anuncios... ¡Windows, en fin, te desobedece, te entorpece y te espía!

-Convénzame para que me pase a Linux.

-Piense: ¿por qué darle el poder a otro? ¿Por qué someternos? ¿No es mejor que seamos los dueños del sistema? Es mejor que tú puedas elegir entre todas las versiones que salgan de GNU/Linux, y copiarlas, y pasarlas a amigos, y que tú mismo puedas mejorar el sistema o adaptarlo a tus intereses...

-Yo no sé programar.

-Pero podéis juntaros varios usuarios y pagar a un buen programador que os versione GNU/Linux. ¡Todos somos sus dueños!

-¿Y quién gana dinero aquí?

-¡Es que esto no es una cuestión de negocio, amigo mío, es una cuestión de libertad!

-¿Cuál es hoy su gran sueño?

-Que un día todo el mundo elija ser libre y no esclavo..., y usemos todos software libre.

-Si llega ese día..., ¡se acabó Bill Gates!

-Y Bush: Bill Gates lo tiene comprado, y Bush le deja tranquilo (le aplica una restricción sólo aparente). Gates pagó a Bush esas dos campañas... en las que robó los votos.

-¿Bush robó ambas elecciones?

-Sí: es muy fácil interferir las máquinas de recuento electrónico de voto, ¡y sobran indicios de que eso ha sucedido! Por eso Bush es el presidente ilegítimo de mi país.

-¿Y qué puede hacerse para reparar eso?

-Que países del resto del mundo nos invadan y nos liberen de Bush. Igual que Bush dice que Estados Unidos liberó a Iraq.